El Memphis rap y los casetes perdidos en el fondo del río
Este documento está relacionado con Vos nunca estuviste en Memphis, fanzine publicado por Tubito en 2022.
El Memphis rap es un tipo de hip-hop que se originó, como sugiere su nombre, en Memphis, Tennessee, a principios de los 90. También forma parte del llamado "gangsta rap", por la sencilla razón de que sus letras giran en torno al estilo de vida de los pandilleros.
Para muchos, el Memphis rap es el antecesor del trap, otro subgénero que surgió en Atlanta, Georgia. Sea o no la semilla del trap, comparte con este una métrica y una lírica que es muy propia del sur de Estados Unidos. Se basa en rapeadas en doble tempo o tresillo, utiliza hi-hats de subdivisión binaria o ternaria, poderosos bajos, ganchos vocales repetitivos (a modo de estribillos) y atmósferas sonoras distorsionadas.
Pero lo que lo caracteriza y distingue al Memphis rap de otros subgéneros es su factura de bajo presupuesto y baja fidelidad (lo-fi). Esto sucede porque la mayoría de las joyas que representan a este estilo musical fueron grabadas en estudios caseros con cajas de ritmos y teclados muy sencillos y baratos. Sumado a esto, el Memphis rap suele recurrir a una estética oscura inspirada, inspirada en las bandas sonoras de películas de terror norteamericanas, especialmente aquellas que cuentan historias de asesinos seriales. Personas que acechan a otras personas. En este sentido, las letras del Memphis rap hablan del horror y sus bases y melodías tétricas acompañan este sentimiento.
Pero no se trata de un horror sobrenatural o metafísico, sino de uno inmanente que puede sorprender a cualquier joven negro con mala suerte que viva en un barrio pobre tomado por el narcotráfico y la delincuencia, en una de las ciudades más racistas que existen en Estados Unidos: Memphis. No es necesario imaginar a vampiros chupasangre o demonios que nos arrastran al averno. La vida real provee bastante material para imaginar escenas de pánico que conducen a la inestabilidad psicoemocional en entornos inseguros. De eso trata precisamente el Memphis rap, de jóvenes que no están bien de la cabeza, que sueñan con tiroteos y asesinatos, pero que al mismo tiempo identifican claramente el origen social de su delirio.
En lo que respecta a la dimensión material del Memphis rap, los masters de los álbumes y EPs se hacían en cintas magnéticas, en casetes, y con el paso de tiempo estos se fueron deteriorando por el poco cuidado invertido en ellos o por la razón que fuera. El asunto es que la mayoría de esos casetes sobrevivieron en muy malas condiciones y al ser digitalizados en los años 2000 incorporaron el ruido propio de la cinta magnética maltrecha. Muchas veces parece como si las voces, los bajos y las atmósferas sonoras estuvieran debajo del agua, como si yacieran muertas en el lecho del río Mississippi, lo que hace aún más siniestra la escucha. Pero también lo hace más adorable, porque ese rastro de materialidad, esas huellas de deterioro sólido que se cuelan en la cinta magnética, que luego fue digitalizada en archivos mp3 o FLAC, hacen que el oyente pueda sujetarse a un trozo de tiempo y espacio. Al menos a mí me genera una sensación de familiaridad. En mis sueños soy capaz de recordar los años 90 en esa ciudad, aunque nunca haya estado realmente ahí. Conducir un Chevy por las calles de North Memphis, South Memphis, Orange Mound o Westwood. Aunque no sepa manejar y no tenga idea de dónde me estoy metiendo realmente.